No es novedad que la mitología griega reproducía, legitimaba y naturalizaba una imagen imperativa del hombre sobre la mujer, Zeus dios del Olimpo, fue por excelencia el más impune de todos. Esta trilogía desmenuza esta imagen trayendo el proceso de los “Machos”, entendiendo que la idea del “rapto mitológico” es lisa y llanamente una acción déspota, violenta y abusiva sexualmente. Cuando hablamos de “Macho” nos referimos no a masculinidades en general, sino al hombre que ejerce poder principalmente sobre las mujeres, donde el sexismo, la violencia, el dominio, la cosificación, etc. son sus mejores armas para sustentar la esencia del patriarcado.